sábado, 16 de agosto de 2008

De Cabo Polonio a Punta del Diablo con energias renovadas

Abandona- mos Cabo Polonio, el paraiso de los lobos marinos, tal y como lo entramos, con un jeep surcando las dunas que rodean este entorno. Teníamos la posibilidad de agarrar un omnibus para ir hasta Castillos y desde allí comenzar la ruta en bicicleta hasta Punta del Diablo. La otra posibilidad era hacer todo el trayecto en bicicleta. Contamos los kilometros y eran unos 70.






Hay que decir que no hay que hacer mucho caso a los uruguayos con el tema de las medidas. Unos nos decían que desde Castillos había más de 50 kilometros a Punta. Otros que alrededor de 35. Al final, sin otra opción ya, decidimos tomar las bicis, que para eso las llevamos.



Fue una jornada larga, pero muy bonita. Durante el trayecto comimos en la carretera lo poco que nos quedaba y nos bebimos la última botella de vino que teníamos. ¡Que sufrimiento! je, je, je.









En Punta del Diablo hay muchas casas y bungalows para alquilar. Pasamos allí dos noches. La primera de ellas en un hotel llamado Hosteria El Pescador. Era algo más caro que los anteriores hoteles, pero merecía la pena. Se notaba que estaban en temporada baja, sobre todo en la cocina, que ofrecía un menu muy simple, aunque bueno y barato.


La segunda noche la pasamos en uno de los mejores y más bonitos bungalows que hemos conocido hasta ahora. Estaba realmente bien.










La visita de la zona incluye la posibilidad de acercarse hasta la Fortaleza y al Parque de Santa Teresa. No hay que asustarse por la presencia militar. El parque es de propiedad de la Armada y al entrar te piden la documentación. Nada nuevo para nosotros.

Vista de la Fortaleza y el edificio de Capitanía del Parque del Ejército en Santa Teresa.

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